Después de dominar el balonmano nacional y conseguir incluso ganar una Copa de Europa, el Dinamo Bucarest rumano desapareció del mapa de los grandes clubes del balonmano durante varias décadas. Hoy, ha resurgido el gigante rumano. Ha vuelto a la máxima competición continental y es el mejor club del país.
El balonmano en Rumanía siempre ha sido un deporte muy popular, y ha tenido muchos años de gloria. Era la época de los 60 cuando el Dinamo Bucarest dominaba el balonmano rumano en su totalidad. Fueron seis los campeonatos de liga los que ganaron en apenas 10 años, y encima también llevaron la Copa Europa a Bucarest en la temporada 1964/1965. El club era todo un referente a nivel mundial, pero poco a poco, otras entidades que probablemente se centraron más en su sección de balonmano, fueron creciendo hasta hacer sombra al que era el más grande, que a su vez dejó de invertir en este deporte.
Para el club de la capital rumana no fueron años fáciles los siguientes, ya que prácticamente habían alcanzado la gloria. Steaua Bucarest, HC Constanta o el Baia Mare fueron los clubes que comenzaron a hacer sombra al gigante del país hasta destronarlo directamente. Aunque el Dinamo Bucarest ganase 7 de las primeras 8 ediciones de la competición nacional, a partir de 1966 estuvo hasta 11 años sin volver a levantar el título.
Varias rachas de más de una década sin levantar el título nacional hicieron replantearse al club la posibilidad de volver a liderar el balonmano en Rumanía. A partir del verano de 2014 así fue. Después de realizar una mayor inversión por parte del club en su sección de balonmano, el conjunto ha vuelto a cosechar grandes logros. Ha ganado las últimas 4 ediciones de la Liga Nationala y esto ha dado pie a realizar fichajes de jugadores importantes y de mucha calidad. Títulos, afición y llegada de jugadores con mucha experiencia, nada mejor para el club.
Amine Bannour, Iman Jamali o Mohamed Mamdou son algunos de los nombres que han recalado en Bucarest durante las últimas temporadas. Sumando estas incorporaciones, y las de otros jugadores como Raúl Nantes, el bloque principal que llevaba varias temporadas en el club, se ha reforzado a las mil maravillas. Los resultados, están ahí. Esta temporada, lideran todas las competiciones en las que están participando. En la liga doméstica, llevan un pleno de victorias (5/5), y en la Champions League también son primeros de grupo después de cosechar 2 victorias y 1 empate. Nadie ha derrotado al club rumano esta temporada.
El club ha vuelto a la mayor competición europea las últimas dos temporadas. El crecimiento sigue siendo exponencial, al igual que en las competiciones domésticas. El conjunto de Bucarest ya ganó varios partidos la campaña pasada y en la presente tiene serias opciones de avanzar a la siguiente ronda. La temporada pasada estuvieron a tan solo 2 goles de pasar a la siguiente ronda, pero el Sporting CP portugués los eliminó. Este año… será otro año.
La grada, un plus
La afición rumana siempre ha sido muy efusiva y siempre se ha hecho notar en los pabellones. Claro ejemplo de ello son los grandes campeonatos. Sean donde sean, siempre hay un sector abundante de aficionados rumanos alentando a su selección. Femenina o masculina, no importa.
El Dinamo Bucarest tiene ahora mismo uno de los mayores graderíos del país y llena su estadio en todos los encuentros. Ya sea un partido de liga o de Champions, entre semana o el fin de semana. El ‘Sala Sporturilor’ siempre esta lleno hasta la bandera. 2538 espectadores.
No hay duda de que una afición efusiva y su apoyo pueden hacer que un equipo sea aún más fuerte y que pueda conseguir mejores resultados. La afición rumana y en este caso la del Dinamo Bucarest son claro ejemplo de ello, ya que han hecho de su pabellón un fortín. Tan solo han perdido 2 de los últimos 29 encuentros que han disputado ante su afición. Y no ha pasado por allí equipos cualquiera. Ademar de León, Wisla Plock o GOG Handboldb son algunos clubes que han sucumbido en Bucarest. Hay que remarcar tambien, que los partidos en los que han sido derrotados, han caído por tan solo un gol (35-34 vs Steaua Bucarest y 26-27 vs Sporting CP).
A pocos jugadores les gustaría jugar allí en Bucarest como visitante. El pabellón se convierte en una auténtica caldera y la presión se nota hasta detrás de un televisor. El gigante que dominó su país y conquistó Europa está de vuelta, y sus aficionados también.
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