Comienzo mi nueva andadura en Balonmano Actual hablando sobre un tema poco tratado en nuestro deporte, los clubes de fútbol con sección de balonmano.
El ejemplo más claro que tenemos en España de un club de fútbol con una sección en nuestro deporte es el Fútbol Club Barcelona, un equipo con más de 70 años de historia, primero en la modalidad a 11 jugadores y más tarde ya con la actual A-7.
Está contrastado que esta sección ha dado a la entidad catalana una cantidad abrumadora de éxitos, con un palmarés verdaderamente único. A nadie engañaríamos si dijéramos que sin la fama mundial y la grandísima estructura del club azulgrana, un equipo español no hubiera podido ganar tantas Copas de Europa y mantener tal nivel competitivo a lo largo de los años. Ahora bien, ¿El ejemplo del Barça es un caso aislado o un modelo a seguir?
Otra escuadra futbolística que tuvo sección en este deporte fue el Club Atlético de Madrid desde 1947 hasta 1992, cuando el Presidente del club, el «irrepetible» Jesús Gil decidió cerrarla alegando déficit económico. Durante sus 45 años de historia fue uno de los mejores equipos españoles ganando 11 Ligas y 10 Copas, siendo además el primer equipo español que jugó una final de Copa de Europa, concretamente en la temporada 84-85 dejando para el recuerdo esos partidos ante la todopoderosa Metaloplastika yugoslava. Después de la decisión de Jesús Gil, el equipo fue trasladado a Alcobendas, donde duró solamente dos temporadas.
En el año 2011 el empresario y Presidente del BM Ciudad Real, Domingo Díaz de Mera decide trasladar el equipo manchego a Madrid con el fin de encontrar mejores patrocinadores y devolver al Atlético de Madrid a la escena balonmanística. Para ello se funda un nuevo club, el Club Deportivo Básico Balonmano Neptuno, equipo que será patrocinado por el Club Atlético de Madrid S.A.D. pudiendo usar su escudo y su nombre en las competiciones que participe, pero no integrándose como sección del club colchonero. Durante su existencia fue capaz de ganar dos Copas del Rey, una Supercopa y una Super Globe, siendo el único rival del Barça y reviviendo así los míticos partidos de los años 70. Pero en 2013 se produce un verdadero drama para el balonmano español, Hacienda interviene el club debido a sus millonarias deudas y liquida la entidad, poniendo fin a dos años de existencia del nuevo club.
Todos recordamos al mítico Teka Cantabria de los años 90, pero pocos recuerdan que antes de desaparecer se integró en la estructura del Real Racing Club de Santander, intentado seguir en la élite de este deporte. Desgraciadamente ese proyecto fracasó y en 2008 puso punto final a su trayectoria.
En otros países es normal que los equipos de fútbol tengan secciones en multitud de deportes como es el caso de Os Três Grandes portugueses (SL Benfica, FC Porto y Sporting) que tienen su propio equipo de andebol dando así una estabilidad y unas estructuras profesionales a su liga de balonmano. En Serbia tenemos el ejemplo de los dos equipos más grandes del país, Estrella Roja y Partizán, ambos con sección de balonmano. Más lejos tenemos a Islandia donde IBV, Valur , FH Hafnarfjordur o Grotta que también cuentan con su propio equipo en este deporte.
Bien es cierto que en nuestro país muchas personas han intentado que los grandes equipos de fútbol salven a los clubes de balonmano de su ciudad, como el proyecto de José Ángel Fernández «Cerillo» , para que el Real Club Celta de Vigo comprase el Academia Octavio y lo devolviera a la Liga ASOBAL. Pero por culpa de la maldita burocracia y la tozudez de políticos y dirigentes no pudo llevarse a cabo.
Tras ver todos estos ejemplos quedan claros que esta política tiene sus pros y sus contras:
-Los equipos de fútbol tienen grandes estructuras profesionales y es más fácil conseguir buenos patrocinadores.
-Siendo una sección de un equipo de fútbol se consigue que los medios den más visibilidad a este deporte.
-Un equipo de fútbol puede arrastrar su masa social al balonmano, llenando así pabellones que en la actualidad prácticamente nunca cuelgan el cartel de «No hay billetes».
Por contra:
-En caso de crisis económica o institucional del club, sería la primera sección en ver mermado su presupuesto.
-Quedan a merced de los caprichos del Presidente de turno.
-Al ser sección de un equipo de fútbol, se trasladaría el hooliganismo de los ultras a las gradas de los pabellones en caso de partido contra un club enemigo, cuando en nuestro deporte apenas no existen este de comportamientos.
¿Solución o problema? ¿Beneficio o ruina? Juzguen ustedes mismos.
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