Tuve la inmensa fortuna de estar presente en enero de 2017 en París cuando la IHF anunció la sede del Mundial Femenino de Balonmano de 2021. España, que había preparado una gran candidatura con la campaña bajo el lema #SheLovesHandball (Ellas aman el balonmano) no lo tenía nada claro. Competía con Hungría, que partía como gran favorita. Pero cuando el Doctor Hassan Mustafá, el presidente de la Federación Internacional, sacó del sobre el nombre de Spain, la explosión de júbilo que recorrió mi cuerpo así como las de todos los allí presentes fue indescriptible. Estábamos en Francia como enviados especiales de TVE para cubrir el Mundial.
Los Hispanos habían caído en cuartos en Montpellier, pero nosotros lo teníamos ya todo cubierto hasta París y hasta allí nos fuimos, hasta el Hotel Pullman, para estar presentes aquel gélido 28 de Enero en la capital francesa. Recuerdo las caras de alegria de Josep Mayoral, el alcalde de Granollers, alma mater de la candidatura. De Alejandro Blanco, el presidente del Comité Olímpico Español. Y de Paco Blázquez, el presidente de la Real Federación Española de Balonmano, cuyo Departamento de Comunicación, con Javier Fernández a la cabeza, había hecho un excelente trabajo de márquetin para defender una candidatura que contó con el apoyo de David Barrufet, Xavi Pascual, Iker Romero y, sobre todo, la ilustre Marta Mangué, que fueron los rostros visibles de la mejor campaña de promoción posible que se pudiera hacer sobre el terreno.
Recuerdo que me emocioné hasta el extremo de soltar alguna que otra lágrima. En estos cinco años, este Mundial que es el primero que tendrá el mayor número de equipos de la historia, con 32, seguirá siendo el del Corredor del Mediterráneo y el que tendrá menos distancia entre sedes a las que se puede acceder en tren, lo cual lo hace también el más sostenible. Se han quedado por el camino Lleida, Tarragona y Badalona, así como las finales en el nuevo Palau Blaugrana de Barcelona que sigue sin construirse. Pero se mantuvo Castellón y se sumaron Lliria y Torrevieja para conservar su esencia para preservar el medio ambiente. A uno que se dedica a narrar partidos de Balonmano Femenino en TeleDeporte desde 2009 con el histórico Itxako, se le puso la piel de gallina en París sólo pensar que tendría la oportunidad de poder narrar un Mundial en casa, en España.
Para mí, este Mundial será el séptimo, pues comencé con el de China en 2009, cantando el gol de Macarena Aguilar a Rumanía, que permitía a las Guerreras alcanzar las primeras semifinales de la historia y obtener un meritorio cuarto puesto, su mejor clasificación en ese momento. Luego llegaría el de 2011 en Brasil, dónde esta vez se repitieron las semifinales pero se logró la medalla de bronce al derrotar a Dinamarca. Parecía que las chicas de Jorge Dueñas estaban instaladas en la élite, pero ni en 2013, ni en 2015 ni en 2017 se pudo repetir ese hito. Por el camino, se consiguieron la plata Europea de 2014 y ese bronce de 2012 que narró desde Londres mi compañero Paco Caro tras aquellas dos prórrogas ante Corea ye el gol de Jessica Alonso, la actual delegada de esta Selección.
Tuvieron que pasar 8 años para que, de nuevo, la Absoluta Femenina se volviera a meter en semifinales. Fue en Kumamoto, en Japón. Las jugadoras elegidas por Carlos Viver, esta vez, pasaron el corte y alcanzaron esa final que aún retenemos en nuestra retina con esa roja que las Bonaventura mostraron a Ainhoa por «sabotaje» y que le dio el oro a los Paises Bajos con un 7 Metros transformado con el crono a cero. Una plata para la historia pero un título mundial que se escapó cuando se podía haber peleado por él en una prórroga que se había merecido tener. Así que, si se cumple la cadencia de China y Brasil, tocaría repetir Final en 2021 en Granollers y conseguir el Oro. Un Oro que si se colgaron los Hispanos en 2013 en el Sant Jordi jugando en casa como locales y que ocho años después aspiran a poder repetir las Guerreras. Esa fue la sensación que uno tuvo hace 5 años en París. Esa emoción porque las Guerreras podrían tener su Mundial en España como ya lo tuvieron los Hispanos. Entonces, tuve la gran fortuna de poder vivir ese Oro de 2013 como espectador, pues mi camino como narrador se acabó en cuartos de final.
Ahora, 8 años después, tendré la oportunidad de narrar a las Guerreras in situ como ya hice en los Juegos Olímpicos de Río en 2016. Entonces, cayeron en cuartos, en la prórroga ante Francia. Ahora, los cuartos parecen un objetivo asequible y, hasta incluso, exigible tras los seis partidos que se avecinan en Torrevieja. Una vez llegados a ellos, en Granollers y, en función de la clasificación, todo dependerá del rival que toque en el cruce. Pero este grupo, tras lo mostrado en el Torneo Internacional en Boadilla del Monte, parece que está en disposición de darnos una alegría.
Por el camino se han quedado jugadoras como Nerea Pena y Mireya González, o la lesionada Marta López. Pero han entrado otras como Laura Hernández, Irene Espínola o Maitane Etxeberría, mucho más polivalentes. Es un grupo compensado, capitaneado por Carmen Martín, su auténtico pegamento, en especial para las seis debutantes en un Mundial. Sin dependencia aparente de un determinado perfil. Mantiene la fortaleza en portería. Una buena dirección de juego en ataque, con variedad de recursos a la hora de definir, tanto en lanzamiento exterior, como en el juego combinativo con las pivotes o la resolución desde los extremos. Y una solidez defensiva que facilite el repliegue y posibilite el robo de balones con la salida al contraataque. Se ha ganado en altura con más centímetros en el bloque central, así como en la controlada actividad de brazos para la disuasión que permita utilizar el 5:1 como alternativa al 6:0. Argumentos en el juego que quedan refrendados en el papel del tándem que forma José Ignacio Prades con Imanol Álvarez, cada uno en su rol asumido y compartido, que el equipo tiene claro.
Por primera vez, desde que narro a las Guerreras, pude ver ante Eslovaquia, una parte completa sin una pérdida. 30 minutos sin regalar un balón al contrario o malograr una posesión en ataque por falta técnica. Ese es el mejor punto de partida. Otro es el tener un amplio repertorio de opciones en el lanzamiento de 7 Metros, que tan decisivos pueden llegar a ser en partidos igualados.
Tras ganar a Eslovaquia, Polonia y Alemania, con una excelente imagen, este miércoles se estrenan ante La Garra Argentina, el primero de los seis partidos de la primera fase. Este encuentro ante la albiceleste será el primero de los 30 partidos que podremos ver en TeleDeporte hasta la final del 19 de Diciembre en el Olímpico de Granollers en la que esperamos que puedan estar nuestras Guerreras. La IHF nos debe una. Y, como ya hicieron Rumania en 1962, Yugoslavia en 1973, Noruega en 1999 y Rusia en 2005, España se convierta en 2021 en el quinto país que, dieciséis años después, gana su Mundial.
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Texto: Ángel Cárceles
Foto cabecera: RFEBM
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