La situación que vive el balonmano español desde hace años es conocida para una gran parte que rodea al deporte. Pero cada vez que un equipo no consigue un gran logro, o algún jugador decide abandonar la Liga ASOBAL para fichar por un equipo extranjero, vuelve a resonar con fuerza que la situación, económica, no es nada buena. ¿Por qué vuelve este discurso derrotista respecto un deporte que según la EHF cuenta en España con la tercera mejor liga del continente?
El balonmano español vivió el shock de la crisis de 2008 como les pasó a otros muchos deportes y cuando remontaba, ha llegado la crisis del coronavirus. Si la de 2008 tuvo efectos diferentes en Europa, la pandemia ha arrasado el deporte europeo. ¿Está la Liga española peor que otras? Probablemente sí, pero no por la pandemia, sino porque ya venía de un punto peor que poco tiene que ver con el virus. Hay jugadores que se marchan porque hay mejores ligas en Europa. Mejores en dos términos. Algunas, al menos dos según el último ranking de la EHF, son mejores por méritos deportivos, como Alemania y Francia; otras, por solidez económica, como Hungría, Polonia y hasta Suiza. ¿Qué Asobal se nos queda? Una Asobal a la que esta crisis también le está pasando factura, pero cuyos jugadores, pero también los equipos, tienen buen cartel en Europa.
En casa, de puertas para adentro, solo hablamos de lo malo y lo peor. Nos gusta recrearnos. ¿Con razón? Lo pudo decir más alto, pero no más claro. Xavi Pascual, técnico del FC Barcelona opinó lo siguiente acerca del tema cuando las ‘Guerreras’ obtuvieron la medalla de plata en el Mundial de 2019: «Hay que valorar lo que tenemos en casa, lo que han hecho las chicas hoy. En el mundo del balonmano estamos hasta las narices de decir siempre lo malo que tenemos y ya va siendo hora de hablar de las cosas que hacemos bien». A lo que añadió: «Vamos a dar cosas buenas al balonmano, no vendamos sólo el caballo diciendo que está cojo y no corre. Ya va siendo hora de que hagamos bien las cosas y defendamos lo nuestro».
Poco más para comentar hay sobre el nivel de nuestras selecciones, pero ¿los clubes? Basta repasar el nivel que Ademar, Logroño, Bidasoa, Cuenca, Granollers… han dado en las últimas temporadas. ¿Estamos para competir de tú a tú con con alemanes y franceses por una Final Four de la EHF? Sí, bastante. ¿Estamos tan lejos como a veces nos creemos? Los resultados y el trabajo en la pista dicen que no. Sin ir más lejos, valgan que Füchse y PAUC fueron incapaces de ganar en Logroño la pasada Copa EHF y la trayectoria que hizo el Bidasoa en la Champions. El BM Granollers también llegó a alcanzar la Final Four de la EHF Cup en 2016.
Al igual que pasó con la Liga de fútbol hace tres décadas, la Liga Asobal también se ha consolidado como una de las mejores puertas de entrada de los cada vez mejores jugadores latinoamericanos a Europa. En los últimos años, Cuenca y Logroño se han convertido en dos de los equipos que más han destacado al pescar en los mercados de Argentina, Brasil e incluso Chile.
La pregunta de Xavi Pascual era tajante y seria después de reflexionar sobre los mensajes que salen a la luz comparando la situación del balonmano español con el de otros países: «¿Cómo vamos a vender ese caballo?». Es impensable que la situación mejore si nadie toma medidas u opta por ponerse manos a la obra, pero mucho menos si tiene que hacerlo en un entorno plagado de negatividad y comparaciones interesadas, porque solo se compara lo malo.
Los puntos negativos nos los sabemos de memoria y no por repetir van a mejorar. Está siendo trabajo de los clubes y algunos, aunque sean minoría, afrontan esta crisis social algo mejor que la losa que les cayó en 2008. Sin embargo, no es suficiente y este verano volveremos a escuchar las mismas frases cuando algunos jugadores opten por salir. Cuando no eres el mejor deportiva o económicamente es normal que haya gente que prefiera volar y progresar. La cuestión es si quejándote siempre de lo mismo sin hacer nada llegarás a ser un día el mejor. Si llegarás a volver a ser lo que ya has sido: la mejor liga de Europa.
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Foto de cabecera: Luis A. Trapero
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