En un formato de competición en el que los Grupos ‘C’ y ‘D’ están de alguna manera desprestigiados, existen equipos como el Montpellier HB francés, que gracias a su juego, han llegado a alcanzar la gloria en la EHF Champions League. El club galo volvió a levantar el trofeo de campeón de la EHF Champions League otra vez después de 15 años.
El equipo que dirige Patrice Canayer, quedó encuadrado en el Grupo ‘D’ de la EHF Champions League, el conjunto de equipos más flojos sobre el papel. Los Grupos ‘A’ y ‘B’ quedaron completados por equipos de la talla del HC Vardar, FC Barcelona, THW Kiel, PSG Handball o Telekom Veszprem. Clubes con un gran poder adquisitivo y unas grandes plantillas.
No sería fácil alcanzar la gloria arrancando la competición desde el Grupo ‘D’, ya que la EHF desprestigia a esta grupo -junto al ‘C’- desde que se implantó el nuevo formato. Los equipos que son parte de estos últimos grupos, tienen que pasar otra eliminatoria previa después de la fase de grupos para alcanzar los 1/8 de final, donde quedarían encuadrados con los 16 mejores equipos de Europa. El Montpellier arrancó la competención en el Grupo ‘D’. Lo demás, pasará a la historia.
El equipo francés consiguió liderar la fase de grupos, y después tuvo que eliminar al Ademar de León para acceder al Last16. Después de eliminar a los españoles, el equipo azulón llegaba a los 1/8 de final como un equipo tapado. Llegaba en modo cenicienta, pero con un juego que pocos equipos podrían parar durante las próximas eliminatorias.
Barcelona fue el destino que les deparó el sorteo de los 1/8 de final. Los hombres de Patrice Canayer se iban a enfrentar al FC Barcelona, equipo que optaba al título como viene haciendo desde muchos años atrás. Viran Morros, Aron Palmarsson o Gonzalo Pérez de Vargas eran jugadores suficientemente buenos como para que algún aficionado al balonmano pensase que los franceses tenían alguna opción de pasar a la siguiente ronda. Pues lo hicieron.
Europa ya comenzó a temblar con el poderío que el equipo francés había demostrado en los 1/8 de final, y pocos equipos querían tenerlo como rival. El SG Flensburg alemán, líder de la DKB Bundesliga, considerada mejor liga del mundo, fue el rival a batir por el Montpellier en los 1/4 de final. Casi nada. Al club galo le tocó viajar al FlensArena, uno de los pabellones más difíciles del mundo. Los azules consiguieron sacar un valioso empate. Quedaban solo 60 minutos para que el Montpellier HB jugase su primera Final4 de la historia. El Lanxess Arena estaba esperando un participante.
Los de Patrice Canayer lo tenían claro, y sometieron al SG Flensburg como pocos lo han hecho durante los últimos años. El equipo francés paso por encima del alemán como un rodillo dejando el marcador en 29-17 para sentenciar la eliminatoria y sellar el pase a la Final4 de la EHF Champions League. Colonia era el destino final.
La Final4 de Colonia ya tenía certificados los 4 participantes. El Montpellier era el único que provenía de un grupo más ‘flojo’ como era en un principio el ‘D’. El HBC Nantes, el PSG Handball y el vigente campeón, el HC Vardar eran los equipos que estaban también en semifinales.
El destino tenía preparada una fiesta para el equipo azulón, y para empezarla le asignó al HC Vardar macedonio como pareja de baile en las semifinales. En frente estarían Arpad Sterbik, Timur Dibirov, Vuko Borozan o Luka Cindric. Todos ellos entrenados por Raúl González, uno de los mejores técnicos del planeta. Equipo joven, como muchos debutantes en una Final4 y con tan solo 2 supervivientes de la última EHF Champions que levantó el club, el Montpellier HB venció por la mínima al vigente campeón de la mejor competición de clubes. Con un sufrido 27-28, el equipo francés de iba a dormir tranquilo. La fiesta acababa de empezar y tenían una plaza para la gala final. Sería el domingo a las 18:00 y en frente estaría el HBC Nantes, que eliminó al multimillonario PSG Handball por 32-28.
Patrice Canayer tenía al equipo listo sobre la pista, y en las gradas había más de 20.000 personas preparadas para ver si conseguían levantar el título. Vincent Gerard en portería, Patrice Canayer en el banquillo y Diego Simonet en modo MVP. Nada podía salir mejor. El HBC Nantes no pudo parar el rodillo del Montpellier que a pesar de haberse llevado un duro palo en la liga 5 días atrás, se rehizo del palo y pasó por encima de sus compatriotas. 15 años después, con un formato distinto, con tan solo 2 supervivientes desde la última Champions que consiguió el club, ante más de 20.000 personas, el Montpellier HB consiguió levantar la EHF Champions League.
El equipo francés se proclamó campeón de Europa, empezando la competición desde un grupo flojo como era el ‘D’. En la gran final, no hicieron falta ver ni 15 minutos, para ver que los azulones eran superiores en el aspecto más importante del balonmano. El juego. Ni el dinero, ni los jugadores individualmente que otros equipos podían disponer han conseguido vencer al juego colectivo del Montpellier.
Como si de una orquestra se tratase, los jugadores del Montpellier HB, con el argentino Diego Simonet como director, hicieron del balonmano una banda sonora escrita por Patrice Canayer. Solo quedó sentarse a disfrutar y aplaudir cuando la obra concluyese.
Uno de los mejores espectáculos que pude ver. Un equipo sólido que no se lo veía para tanto. Impresionante. Gran nota.